“El cambio es un estado
natural y su administración es un proceso continuo” en especial en
este siglo XXI, con la era digital puesta en marcha completamente y frente a
una pandemia mundial. Hoy todo es incierto y el cambio es el estado
natural actual. Cada día hay una variable y/o circunstancia nueva que
nos lleva a responder ante ella.
Las organizaciones no permanecen
estáticas y los factores internos o externos con los que interactúa están en
constante movimiento. Es por ello que la gerencia, la administración de las
empresas hoy debe basarse en una “administración del cambio”. Debemos ser
conscientes que el mundo es constante y cambiante. Nuestro liderazgo, nuestras
proyecciones, planes organizaciones y visión deben estar abiertos a cambiar.
De allí que, por ejemplo, el personal
este en continuo cambio. Nuestro equipo de trabajo debe preparase cada día más
para los desafíos del país, del mundo. Los idiomas, las TICS, las nuevas
teorías y filosofías, el estado cambiante del cliente, sus variaciones y
segmentaciones hacen que la compañía se vea no como un objeto inerte, taciturno
o lento en el ecosistema económico.
Cada vez más los países y sus economías
se ven afectadas por diferentes factores, no solo internos o nacionales sino
internacionales. La globalización ha llevado no solo la consolidación de
canales de distribución mundial, redes económicas y sociales, sino que también
ha generado que los efectos de un país de un hemisferio afecten casi que al
mismo tiempo a otro país con miles de kilómetros de distancia.
Como gerentes debemos iniciar cambios y
promoverlos. Abrir nuestras mentes y nuestra visión de trabajo a nuevas
experiencias y retos que nos desafíen a ir más lejos. Un claro ejemplo ha sido
la situación actual. Con una pandemia en proceso a nivel mundial todo cambio.
Ya experimentábamos en las organizaciones cambios a nivel social, económico,
ambiental; pero este efecto natural sorpresivo del hombre contra el virus, o el
virus contra el hombre, ha hecho que muchas empresas cambiaran todo su modus
operandi y hasta su ADN a fin de mantenerse. Nuevas formas de distribución,
cambios en la producción, nuevos productos, nuevos mercados y todo de manera
rápida para poder salir a flote en medio de esta avalancha de incertidumbre.
El gerente de hoy debe desarrollar un
elemento clave y es "la calma en medio de la tormenta", como un
capitán dirigiendo un barco en el abierto mar, con olas inesperadas. Sus
sentidos, intuición y astucia, debe estar alerta, despierto a todo. Sondear los
pormenores y en menor tiempo tomar decisiones ágiles pero eficaces que le
permitan sobresalir entre las olas. Igualmente, con su equipo debe mantenerse
empático, cercano, transmitir confianza, apoyar las destrezas y sobretodo abrir
sus oídos a escuchar las sugerencias del equipo y aplicarlas aunque parezca
descabellado. No hay mejor reconocimiento que una idea escuchada y en muchos
casos la más loca ha sido la indicada.
Esta época es un tiempo para pulirnos
no solo laboralmente, gerencialmente sino a nivel humano. Frente a la crisis no
podemos olvidar que las empresas dependen de las personas y que de las personas
dependen familias y nuevas generaciones.
¡Mantengamos la empatía y surquemos
juntos este desafío, nos vemos del otro lado!
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por leer mis artículos. Agradezco tus comentarios.